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3 ene 2012

Pasado.


No entiendo a la gente que dice que todo tiempo pasado fue mejor. Para mí, lo mejor de mi pasado es que, por suerte, ya pasó.
El pasado es como un alimento que dejaste olvidado en la heladera, se pone rancio, se pudre. Hay que tirar el pasado y, vivir el HOY. Si estás siempre mirando el pasado es porque te quedo algo pendiente, un botón sin coser, una puntada sin dar. Y yo, tengo los botones bien cosidos y las lentejuelas bien pegadas, por eso, miro sólo para adelante.
El pasado es como un vestido que nos podemos sacar y no usar nunca más. Dicen que nadie escapa a su pasado. Yo digo que, no escapa el que no quiere escapar. Yo no le escapo al pasado, le huyo, yo vivo el presente.
La misma palabra te lo dice: “pasado”; es algo que ya pasó, que ya fue. Por eso, lo mejor es dejar atrás el pasado.
No entiendo a la gente que se emperra con remover su pasado ¿Qué es lo que busca? ¿Qué esperan encontrar? El pasado te amarga, te da insomnio, te vuelve obsesivo. Hay que soltar el pasado de una buena vez, no sirve para nada. Todos tienen la necesidad de resolver algo del pasado, como si se ganara algo con eso ¡Por favor! Hay que mirar al futuro.
El pasado es como la moda: si no se usa más, queda “out”, o ¿Quién se pondría el vestidito de los quince para salir? No lo entienden, nadie lo entiende: hay que soltar el pasado, es la única manera de ser felíz.
Les encanta hablar y hablar; se usa tanto el tiempo pasado y, tan poco el tiempo presente o futuro. Si miras para atrás, lo único que haces es detenerte. El que vive colgado del pasado se vuelve una persona resentida, rencorosa, o melancólica, lo cual es peor.
Yo trato y trato de soltar el pasado pero, parece que, es el pasado el que no me suelta a mí.