.

.

8 ene 2012

Alguien a quien amar.


Para mi nuestro corazón es como un motorcito chiquitito que todo el tiempo busca y busca, busca encontrar alguien a quién amar, no se cansa nunca. Aunque estemos vencidos, él siempre busca y busca porque un corazón necesita amar.
A veces, nos pasamos cincuenta cuadras, equivocamos el camino, pero el corazoncito sigue ahí, incansable, diciéndonos: ‘no es por acá’, pero no lo escuchamos. Creemos que lo que el corazón busca es alguien que nos ame, pero no, el corazón no es tan egoísta, él sólo busca a alguien a quien amar. Pero al final, siempre el corazón se hace escuchar… ¿Cómo ignorar esos latidos que son señales que nos indican el camino? Y yo, estoy escuchando mi corazón: me dice que lo que busco no esta ahí, no estuvo ni estará ahí. Un corazón necesita alguien que se deje amar, porque esa es la búsqueda más simple y más compleja de este viaje: alguien a quien amar.
Uno puede estar ciego gran parte del viaje pero, tarde o temprano, empieza a ver el camino. Y yo, estoy en eso, buscando ese lugar donde al fin, este mi roto para esta descocida. Uno puede estar perdido, pero buscar el camino ya es parte de encontrarlo.
Aunque te gane la desesperanza, aunque te gane el dolor, aunque creas que es demasiado tarde,  busca en tu corazón, busca en tu alma malherida. En algún lugar, fuera de tu burbuja habrá alguien a quien amar.
Busca incansablemente, irremediablemente, porque para eso venimos a ésta vida, para encontrar a alguien a quien amar.