Qué tonta me siento escribiendo sobre esto que me pasa, se que no mereces ni la tercera parte de lo que me molesta y hasta me llega a doler.
Es tan triste admitirlo pero, sinceramente, no quiero que me odies. Tampoco pretendo que me quieras, no me conoces y no tenés razones para hacerlo.
Me da tanta envidia que todos se lleven bien y nosotros no. Siempre a mí me toca lo peor, lo malo, lo feo, ¿por qué?
Resentido sos, eso es. Pero no podes ser de esa forma, yo no soy mala, ¿Con qué necesidad tenes que ser así conmigo? Es insoportable ver como me esquivas, como cada vez que aparezco te vas para otro lado con tal de no estar en el mismo ambiente que yo ¿Tanto desprecio me tenes?
Lo peor es que yo no soy la culpable de todo esto, todo los provocaste vos. Sos la última persona en la que me habría fijado, y tristemente, me enredaste en tus chamuyos elegantes. Me enloquecían tus besos y tu forma tan divertida de ser, tus celos, tu manera de hablar, tus ojos enormes y ese cutis tan perfecto, todo me cautivó.
Y aunque no creas, te di tanto... ¿Y qué soy yo para vos ahora? La tarada esa, como si yo fuera un trapo sucio.
Sé, perfectamente, que nadie va a entender lo que me pasa, se que soy muy tonta porque me importan este tipo de cosas pero siempre fui de tomarme a pecho todo y, ojalá dentro de unos días o quizás semanas se me pase. Qué humillante se siento todo, he dicho.