Es esa sensación de sentir que no soy la misma que fui hace un mes, que me pasaron cosas que me marcaron y que no me dejan seguir con mi vida normal. Quizas, me lo tome muy a pecho, como suelo hacer. La gente nueva no ve en mí la verdadera persona que soy, solo por dejarme llevar por aquellos que no valen la pena.
Es raro, también, esto de no escribir textos dedicados al amor que hace un mes juraba tener por aquella persona que me cambió la vida a tan corta edad. Esta sensación de que no me importe ni qué estará haciendo de su vida ni con quien, es muy extraño, nunca me pasó.
Sabía que el viaje que emprendí me iba a cambiar un poco, pero no tanto así. Ya no me reconozco, no soy la persona que creía ser.
La mirada de los demás me intimida, me dá pánico saber qué están pensando, diciendo y hasta inventando de mí.
El gran problema fue dejarme llevar por sus besos y su manera tan divertida de ser, ¡Qué estúpida soy! Es tan fácil comprarme, realmente habría que darme un premio.
Ojalá pueda reponerme rápido, y así poder volver a sentir que valgo demasiado, y hacer ver a los demás que no soy una más.