No quiero más, no quiero quererte más. Estoy harta de todos mis sentimientos, de tener que quedarme callada y tener que actuar con tanta indiferencia. No es nada bueno que me ponga nerviosa cada vez que apareces, o que me quede con cara de tonta después de verte.
¿De qué me sirve quererte así? Yo no me merezco estar esperando un milagro que te haga reaccionar y decirme, por lo menos, “hola”.
Hoy, 1 de agosto de 2011, después de casi tres años y medio desde que me enamoré de vos, no puedo entender como siendo tan realista, no te puedo olvidar. En verdad, tengo totalmente asumido que no me queres en lo absoluto, y que pensar en un futuro con vos es solo un triste sueño. Se que nunca vas a venir a tocar mi puerta y responder las tantas preguntas que necesito hacerte hace muchísimo tiempo.
Se que mis labios nunca tendrán el privilegio de rozar los tuyos, ni mis brazos tendrán el placer de volver a rodear tu cintura, y mi cabeza no tendrá la alegría de estar apoyada en tu hombro.
Todos los momentos vividos quedaron en el pasado. Tengo que aprender a vivir con ellos, y darme la oportunidad de poder seguir adelante.
Daria lo que fuera porque me vuelvas a querer, me vuelvas a contar tus anécdotas rutinarias, o porque simplemente tengamos algún tipo de relación. Pero, esperar algo de tu parte, es como esperar a que los peces vuelen.
Y no quiero vivir así, quiero levantarme con una sonrisa todos los días, recordar que tengo grandes amigas y que la vida vale la pena. No quiero depender de vos, aunque me resulte tan complicado. Si fuera por mi, te diría todo lo que siento, pero se que te interesa poco y nada, y no tengo mas remedio que guardármelo en lo profundo de mi corazón y hacer como si nada malo me pasara. Y solo puedo callar, sonreír, y seguir.