.

.

26 may 2011

Gracias. Al final de todo, menos que eso no puedo decirte. 
¿Sabés todo lo que era capaz de dar por sólo volver a escuchar tu voz y ver tu sonrisa? No te imaginás, después de casi ocho meses de no escucharte, y después de tantos desencuentros por fin pude cumplir ese sueño.
Sé que quizas lo hiciste a propósito por cosas que realicé hace poco, pero juro que no era nada contra vos, sino que ya no sabía que más a hacer para poder arrancarte de mí. Pero no importa porque no me sirvió para nada.
Y perdón, no tendría que haber reaccionado de esa manera, sólo espero que no te hayas dado cuenta de cuánto temblaba.
Qué lindo que sigas teniendo esa sonrisa picarona de hace dos años, la misma sonrisa con la que me enamoré de vos. Y esa voz chillona, nunca la voy a olvidar. 
Desde hace cuatro días que no puedo dejar de pensar ni un segundo en vos. ¿Por qué seguís siendo tan hermoso?
¿Sabes que me gustaría? Poder cambiar el destino. Qué tonta, no? Pero te juro que daría lo que fuera porque vos estés conmigo, por despertarme con un mensaje tuyo, por conectarme, y chatear horas y horas con vos, por que me lleves a merendar o al parque a comer mandarinas. Daría lo que fuera porque me volvás a decir que me querés, y pedir un abrazo tuyo de nuevo, sería la felicidad completa. Te amo, ojalá algún día pueda poner un "ya no" delante de esas dos palabras.