.

.

8 nov 2010

Fue un placer conocerte, pero ya tengo que irme. Me iré otra vez porque he estado esperando en vano y estás tan enamorado de ti mismo. Si te digo que mi corazón está herido suena como una metáfora barata, así que no lo repetiré nunca más. Prefiero comer mi sopa con un tenedor o manejar un taxi en Nueva York pues hablar contigo es un trabajo más duro. Así que ¿cuál es el caso de malgastar mis palabras? Si es lo mismo o incluso peor que leerle poemas a un caballo.