Ese hombre que tú ves ahí que parece tan  galán, tan atento y arrogante, que aparenta ser divino, tan amable y  efusivo sólo sabe hacer sufrir. Es un gran necio, un estúpido engreído,  egoísta y caprichoso, un payaso vanidoso, inconciente y presumido, falso,  malo, rencoroso, que no tiene corazón, lleno de celos sin razones ni  motivos, pocas veces cariñoso, inseguro de sí mismo, insoportable como  amigo, insufrible como amor.-